(Lorien Sequera) |
Dondo-yaki
Estallan las moléculas de oxígeno en la sangre
Las palabras que de alguna manera
se relacionan con el cuerpo
Estallan las luciérnagas con gasolina
Las cabezas de los científicos
de los poetas, los muertos por idolatría
Los juguetes de los idiotas
y de vez en cuando
las estrellas aunque
no nos guste esperar
para reconocer
el estallido
Estallan las sociedades
y los planetas se emancipan de su tarea:
ilustrar las venganzas del universo
*
Periodicidad (I)
En lugares efímeros no hay accidentes
no hay vaticinios
Los reflejos son creación y puente
Así, escondidos, los delirios
son variables transmutantes
del sonido al agua
-gestos inconclusos-
No poder dormir
tiene que ver con el instinto
De cuando en cuando
algunos
quieren de vuelta
sus palabras
como las dijeron
*
Las esquinas
Un niño juega dentro
aprende la lengua de los insectos
No tiene que crecer
ya hay suficiente vida en el suelo
Desde la terraza
sólo puede ver las esquinas de afuera
las que apuntan
Baila en vestido
Esta es la obra improvisada
Cubre las huellas, vuelve a respirar
Recuerda que al salir debes cargar los escombros de esta isla
*
Plutón
En dunas sin viento
En la ciudad de Tokio
En el viejo televisor de tu infancia
Todo es tan grande
El hielo empieza a arrastrarse
En tu cama todo vuelve a empezar
Bajo las sábanas un cometa siempre aparece
*
Desastres naturales
Hay animales más salvajes que la noche
En los reflejos que se forman
sobre las superficies finas de la tierra
encuentro una
antigua herrumbre
preparando el cuerpo
para actuar como fósil
El campo está maquillado para la guerra
En los desbalances temporales
surgen las grietas
catalizadoras de significados
Visiones absorbentes
de la historia
*
Los mitos
Los mitos irradian la mejor interpretación
del tiempo, la sonrisa próxima
de individuos serenos
ante la ruina de las premoniciones
En la profundidad del mito
hay siempre espacio
para las dudas ajenas, para
trazos que auguran
sólo terribles distracciones
Antes de que el mundo fuera grande
las mentes insaciables
preferían no corregirle nada a los sueños
*
Acabar con la infancia
Puedes disfrutar
de un café, una taza de cereal,
del espacio oscuro y frágil
entre la frente y una bolsa
de papel
En el disfraz también
te distraes
Piensas en figuras de juguete
Generación de luces tristes
Personajes que dejamos de interpretar
hace mucho tiempo
*
Simbiosis
En época de lluvias no sólo
caen los troncos de los árboles enfermos
Caen sus parásitos
Empiezas a pensar qué te trae a estos suelos
Qué sacrificios tendrás que hacer
para obtener el cariño de la gente
Fallamos en reconocer
accidentes como coartadas
En el desayuno las noticias:
Desastres naturales
Viandantes que hablan solos
Asesinatos que no responden
a los ruidos que estábamos esperando
para devolver algo al mundo
*
Lautaro décimo quinto
Sabes poner distancia entre ojos y realidades
aunque este es un camino de años
Tienes miedo de caminar por la ciudad
pero no pasa nada si piensas en
plantas medicinales,
sentimientos enredados en cortinas
o películas para robots
Es posible que de los robots
surja una nueva conciencia
Es posible que con un nuevo desconcierto
surja un nuevo dios
Es posible que desprovisto de adoración
ese dios exista por sí mismo
Es posible que al final
pueda enseñarte
cómo tomar una fotografía
sin comerte la comida de la historia
Jorge Javier Romero (Caracas, 1993). Es matemático y escritor, autor de los poemarios Nadie se está quejando (2015) y No más preguntas (2017). Formó parte de Amanecimos sobre la palabra. Antología de poesía jóven venezolana (2017). Edita el blog de cine El tren en marcha.
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