Nueve poemas de Ivette Molina

(Dale L. Popovich)


Poema Uno 

Estar muerta
creerse medio viva

Los suspiros son escasos
les falta el aire para nacer

El cuerpo pide muerte
y se deja caer

La mente viaja en paisajes y laberintos
de lirios y orquídeas
Danzan, hay brisa, hay mar,
hay palmeras, hay salitre

Estar muriendo y creer que se medio vive;
naufragan los lirios, se hunden las orquídeas;
Caminar es una tragedia cotidiana y antinatural
Se desmiembra el ánimo
Duele respirar

No sabía que yo, era muerte. 


*


Poema dos 

Alma: 
          (7:00 AM)
Sabe que el cuerpo
está moribundo
se aferra al aire
quiere fotosíntesis
Tal vez hoy
las canas tengan piedad

Cuerpo: 
             (3:00 PM)
Se aferra a la tierra
al polvo
No es lo mismo estar sobre el suelo vivo
que regado debajo de él

Alma:  
            (12:00 AM) 
Esta noche es más oscura que la de ayer
más fría
Tan fría como la enfermera
que deja al cuerpo flácido y enfermo
pagando penitencia sobre una bacinilla
llena de orine y mierda.


*


Poema tres

Escapé de la última noche
la noche más larga y perfecta

Me solté antes de que su ocaso
me arrastrara y consumiera en el fondo
de su oscuridad acuosa;
        Ese reloj de arena no era mío, madre

La marea alta se recoge
llevándose todo lo que encuentra
vivo o muerto

Flotar
Se va el reloj de arena hundiéndose
como un tesoro del mar
Flotar;
La naturaleza así como (un) Dios
no hace acepción de personas


*


Poema cuatro 

La oscuridad de esta sala me consume
como un enigma no planificado.

La soledad reposa tierna entre mi brazo y mi pierna;
Hay una cama al lado, no sirve
está vacía pero más allá
en la cama que sigue hay otro corazón
que consumiéndose por la misma oscuridad

Nadie planifica hundirse en los enigmas de la muerte
No de ésta manera donde el reposo agita y molesta

El tirro que mantiene la aguja en mi vena me irrita la piel
     (Mis brazos parecen una cruel ficción al mejor estilo de trainspotting)
El oxígeno me irrita la nariz, revolotean los malestares
como las moscas encima de un animal muerto;
distraen la mente y desvían su curso creativo de un posible y frágil naufragio

La sala está llena pero la cama de mi derecha está vacía
es lo que tengo más cercano a un paraíso
Es mi paisaje
mi escape
Silencio que no quiero romper
Ausencia de las cosas que ya no me importan
Es la oscuridad de las dudas
un enigma no planificado


*


Poema cinco

La fe parece un refugio sensato
Para un cuerpo desahuciado
       (Alabaré Alabaré;
       Miedo viola convicción)

La existencia de Dios
Resulta coherente y poco discutible
Cuando la muerte parece estar entusiasmada
En llevarte a su morada
       (Si hubo pecado solo Dios lo perdona)
       (Tibio te vomito)
Así de frágiles somos
así de falsos nos vemos


*


Poema seis 

El sufrimiento es inevitable
así también la alegría;
en un mundo tan bastardo y tan hedonista
cada uno coexiste con su madero mesiánico, áspero
                     (Las azucenas no tienen callos)
Bailamos espalda con espalda
nos ignoramos:
Sobamos la fértil pesadumbre mientras
la sombra agoniza

                       (El silencio del infortunio se tapiza
                       con papel moneda)

Tener conciencia de las gotas
que pesadas borbotean en el horizonte de las pestañas
es desgracia épica:
No se disfruta de la alegría propia
ni se sufre con esmero
la desgracia ajena.


*


Poema siete

Decidimos vivirnos en la soledad de los aires
Me comí tres veces la saliva
Amanecí dulce en la livianez de tus brazos
Cruce la sala y la intemperie de tus fondos
buscando la lágrima amarga que anoche
susurró miedos a mi pecho

Solo la sal en el fondo de tus ojos
derrumba la ominosa quietud de tus labios


*


Poema ocho

Soy otoño,
me vuelvo invierno

Muerte:
Simple, natural
         Cosa cotidiana
         genuina, fluida

Alguna cobardía colectiva
atribuyó a la noche el ocaso de las cosas;
Para mi morir es algo propio del día
de la luz:
La muerte destruye las sombras
revela
evoluciona
Es ligera
sumisa
gotea libertad

Viene el otoño
anuncia "la ida" que se prepara para el invierno
Luego
todo renace
menos nosotros

Yo quisiera saber
en dónde me vuelvo primavera


*


Poema nueve

Dicen que la tristeza se va a los pulmones
Si me lo preguntan
yo creo que sí:
                     
                                 -Toma aire-

Se escucha un suspiro
es su aullido
desgarrando los bronquios
arañando la pleura
inundándola con sus lágrimas
y en el clímax de su llanto
una tos seca la golpea

Dicen que la tristeza se va a los pulmones
yo creo que sí;
Por eso nace el suspiro resignado

Se necesita agua para poder ahogar:
inunda los pulmones
inunda la pleura
Cópula al aire jineteándolo
bota su último aliento
es ahí donde nace el suspiro abnegado

El alma no está en el pecho
pero el alma entristece
entre pecho y espalda.


Ivette Molina (Caracas, 1983). Diseñadora gráfica y artista plástico. Como diseñadora ha sido reconocida por su trabajo en varias oportunidades. Ha participado en distintos recitales y eventos culturales en la Ciudad de Valencia-Edo Carabobo como patrocinante, organizadora y también como exponente. Actualmente reside en Buenos Aires.

1 comentario:

  1. Siempre apreciando el arte de Ivette Molina. Yo, siempre consecuente a su proceso artístico iterativo.
    GRACIAS POR COMPARTIRLO

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