Selección «No» Todos los Poemas de Miyó Vestrini

Intervención y fotografía por Katherine Gomes

El ojo

Colgué de mi muñeca el ojo de vidrio
azul y negro.
No pude recordar quién me lo había regalado,
pero si tienes un ojo medio muerto,
cargar uno totalmente muerto,
en la muñeca,
puede salvarte.
Silenciosos y atemorizados,
cualquier pedazo
de cualquier cosa,
puede
de repente,
decir palabras.
El ojo parpadeó
a las seis de la mañana
cuando me levanté
para preparar desayunos,
desvanecida por la taquicardia del ron.
Se durmió mientras seguía la ruta cotidiana
y le explicaba,
mira,
aquí había un árbol y
ahora unos camiones botan cemento.
Le comenté lo espantoso que es
ir todos los días
al mismo sitio
por el mismo camino.
Llegando a la fundación,
susurró,
llévame a casa, no soporto tus habladurías.


*


XIII
A Germán

Si yo hubiera tenido un padre borracho y alegre,
un padre de esos que cruzan el páramo a caballo,
dejando que el frío cale hondo,
el desconsuelo sería más pequeño.
Si yo hubiera tenido un padre burlón,
de esos que llegan de madrugada
buscando el fogón prendido
y el café
y la cobija caliente,
sabría cantar, beber, enamorar,
como lo hacen todos los padres de pueblos.


*


La historia de O

Cuando despiertes
guarda silencio
descubre el goce

Acepta la desmedida
clama por la sumisión
niégate a los argumentos
enójate por todo exceso de amor

el agua de los sepulcros estará en ti
                                                    agua de rezos y pantanos
lo insoportable vendrá después
cuando el viento levante olas en los estanques
y no puedas ver
                        como desapareces bajo la tierra.

*

El llanto

Siempre hay una habitación a oscuras
para tener lágrimas tras las persianas
sobre las rodillas
el papel se deja amar
y los muebles celebran el silencio.
Es el instante de la certidumbre
de las manos quietas en la mesa de fórmica
tenemos penas
y afuera
todos
todos lo ignoran.

*

XIX

A Mary
El cuello
hermoso y largo
doblado hacia las piernas
piensa
       las palabras los balbuceos el niño el mercado la oficina
       el atardecer los manotazos la cama el café el servicio
       el arroz la literatura el mercado el automóvil el ginecólogo
       las pinzas el éter los parientes el dinero los recibos
       el periódico la muerte la revolución el campo la cia
       los candidatos los ratones el i ching las pantuflas el
       rubor la crema de día la crema de noche el lavado el trago
       la espiral la muerte el mercado la vecina los golpes
       el teléfono las facturas la casa
                                    y grita.


*


Extraño adivinador de palabras

A Alfonso

Mi bebé
niño grande
extraño adivinador de palabras
                                 vas a crecer
con ojos de pomarrosa abiertos a la lluvia
                                 a la escarcha
y serás como de pájaros y faroles
Nunca faltará algún idiota
                                 que te hable mal de los profetas.
Cuando eso ocurra,
márchate al pueblo donde nació tu padre
y búscate una casa
                               donde canten las chicharras.


*


Beatriz

Con pene o sin él,
hay cosas que no se pueden hacer
cuando se comienza a sudar
o cuando duele la próstata.
Por eso se suicidó Beatriz
a los cincuenta y tres años.
No quiso participar en la grotesca ceremonia
del elogio a la decadencia.
Cubrió todos los espejos
y colocó sábanas de satén en la cama..
Se suponía que moriría allí,
pulcra y perfumada,
desoyendo al roedor que le mordía la respiración.
Pero prefirió el sofá,
donde había hecho el amor anoche,
con un fiestero profesional,
alquilado para la ocasión.
Dejó una lista
de equivocaciones y aciertos.
La escritura es lo de menos, anotó,
y estampó su firma con letra pequeña,
para que creyeran que era apócrifa.


*


He preparado tu muerte a plena luz del sol

He preparado tu muerte
a plena luz del sol.
Oirás los demonios
en la penumbra del pecho materno:
yertos
quemantes
esperan por ti.
Hasta la más simple palabra
ruego mato grito muero
será descomunal.
Sumadas las explicaciones de rigor
¿quien atenderá las advertencias,
la voz de alto,
la verdadera ira de los suicidas?


*


La pena

¿Te quedarás un tiempo?

me quedaré
hasta cuando cuentes tu último sueño

no le temas a la calma que ronda
o al ruido de la seda recién lavada

no hagas apetencias de esta desesperanza
de esta desdicha tan simple

¿Te quedarás un tiempo?
claro,

hasta que vengan por nosotros.


Miyó Vestrini (Francia 1938-Venezuela 1991). Marie-Jose Fauvelle Ripert, poeta y periodista cultural. Formó parte de los grupos literarios el Techo de la Ballena y  Apocalipsis. Se desempeñó en el diario El Nacional y la revista CriticArte. Fue agregada de prensa en la Embajada de Venezuela en Roma y jefa de prensa en Cancillería. En dos oportunidades ganó el Premio Nacional de Periodismo. Su trabajo literario abarca poesía, narrativa y dramaturgia. Publicó su obra poética en Las historias de Giovanna (1971), El próximo invierno (1975), Pocas virtudes (1986) y Valiente ciudadano (póstumo,1994). Su obra poética se encuentra reunida en el libro Todos los Poemas publicado por Monte Ávila Editores del cual se ha extraído esta selección.

1 comentario: