Selección poética aleatoria, de Gabriela La Riva

(Marina Milá Figueras)

Krishna, te imploro que laves mi corazón y seques la fuente de mis lágrimas. Mi cuerpo físico ya no se halla en éste plano, quiero transfigurar otros niveles sagrados. Despliega las articulaciones doradas dentro de mi columna, eleva mi conciencia, abre las puertas...


Las sendas olvidadas

Las moscan caen en la leche
atraídas por la miel que endulza ese líquido
ordeñado antes del alba,
las tontas se ahogan sin que nadie las salve

El viejito, entretenido
se arrancaba los pellejos de la nariz
quemada por el inclemente sol paramero
él no sabe de protestas, de guerra económica

Y mucho menos de que asesinan
y detienen gente
por exigir sus derechos humanos.
ignora también para qué le sirven a él

Tampoco sabe de los muertos diarios
que caen en protestas
y los aumentos de la criminalidad
en las dos últimas décadas

Tal vez le impactaría saber
cuántos menores de edad fueron asesinados
porque nunca han votado
y menos una opción electoral transparente

Hasta le abrieron el pecho a jovencitos
por donde se fueron volando sus golondrinas.
acribillan sin piedad
secuestran y desaparecen a seres por arte de magia
- “dispara primero, ni preguntes después” es su nuevo lema-

Los perritos delgados y peludos
están acostados en el jardín,
tiemblan de frío
pero todavía ladran a gentes extrañas

El radio apenas sintoniza
murmullos confusos
Saturnino, a veces escucha en la sierra
el llanto olvidado de los nativos

Pero no puede oír
el dolor de las familias
y los gritos de horror
por la sombría neblina envenenada

Hace un tiempo ya,
el vecino más cercano
llevó unos forasteros con Saturnino
decían que cumplirían todos sus deseos

Aún espera por esos susodichos milagros
que dijeron provendrían de un hombre zambo
pero ya está muerto,
y los cadáveres no cumplen promesas

Queso de chiva ahumado, arepas de maíz
cafecito de granos rústicos
que saturnino muele, al ritmo del corazón
sin prisa, como el tiempo en los caminos abandonados

El viejo, tampoco sabe que hay dictadura,
otra vez…
a nadie le importa que tanto conoce saturnino
si él lo ignora, nunca pasó ni pasa… nada.


*


Nómada, sin destino y una con el viento

Loros silvestres
pelean por una fruta
entre sus dos picos punzantes
en lo alto de monstruos fitomorfos

En una orgía tropical
arriba de pinos y palmeras,
las nubes violáceas/azuladas
tornan el rostro descarnado de la muerte

Y quiero ser buena…
pero no se puede bajar la guardia
en este país de lobos hambrientos
mi caballo azabache está siguiéndome hasta el final del infierno.


*


Fragmento 1929

¿Dónde están mis amigos?
en horarios ajenos,
a kilómetros laberinticos de aquí
huyendo hacia otros soles, mares, montañas, aromas, gentes.

¡Ustedes me están matando!
con su distancia…
que sus espíritus guías,
cuiden los caminos

Ya no sé si los veré de nuevo, algún día
sus rostros,
ahora son imágenes estáticas
y voces interrumpidas por tempestades tropicales

Ya solo soy un pájaro
que canta silencioso a la muerte,
con los ojos huecos, devorados
por los segundos del universo

¡Ustedes me están matando!
en esta ciudad, ahora solo vagan los fantasmas
delirando, gritando, susurrando
las carnes que habitaban
-y volaron sin despedirse-


*


El grito de los encadenados Sobremodernos 

Las golondrinas
cantan en las horas liquidas y nubladas
sus nidos son misteriosos vientres estelares
son los ojos de dioses desconocidos

Poseen rubíes exóticos que abultan el pecho
custodian las almas en el puente
de quienes emularon el vuelo
en caída libre.


*


Riachuelo granate 

Ser madre,
es servirse en la mesa de una práctica antropofágica
abrirse las venas para que otros beban
pero estar seca durante milenios

Un destello
en la extremidad de luciérnagas
que alumbran los caminos oscuros
en las montañas a la distancia.


*


Camafeo craneal 

Los cabellos rojos de una mujer contorsionada
con el pájaro gritando, atascado en el tórax
huyendo del gato francés de Sylvia Plath
y el espectro gritón de Munch

Y todos los hombres aúllan en la calle
ofreciendo café negro cerrero
con una calavera de azúcar
para mitigar las ausencias
La guerra es el infierno
vida, muerte, tiempo, eternidad
y el reciclaje de antihéroes cadavéricos
con el rostro azul escarchado por la tempestad

No puedo salvar el mundo con fantasías
la poesía no te salva de un disparo
pero si sobrevivirá entre las ruinas de la humanidad
en el renacer del fuego y barro,
-el éter y las fuentes liquidas de tiernas civilizaciones futuras. -

Gabriela La Riva (Mérida, 1986). Historiadora del arte, escritora y actriz teatral. Recientemente culminó con todos los requisitos académicos para graduarse como Licenciada en Letras mención Historia del arte en la Universidad de los Andes (ULA-Mérida). Su compromiso con el arte ha sido activo, amplio y diverso, principalmente desarrollando actividades en las áreas de gestión cultural en festivales, bienales y simposios de arte contemporáneo, fotografía, teatro, cine, música, arquitectura, entre otros. Del mismo modo se ha desempeñado en medios de comunicación radiofónico y digital. En el presente, continúa participando en recitales poéticos, dirección, producción y edición audiovisual, exposiciones, ponencias en jornadas de la Facultad de Humanidades y Educación (ULA), perfomance y colaboraciones relacionadas con producciones artísticas, audiovisuales, literarias y teatrales. Publicada en páginas web de divulgación poética en Argentina, Chile, España y Venezuela. Ganadora de las VIII Jornadas de Investigación y Creación Literaria 2016 en la mención Ensayo por la Universidad de Los Andes.  Blog: elvinosederrama.tumblr.com

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